Torre de la catedral

El cielo vuelve a sonreír y su alegría se manifiesta por algunos destellos de sol que forman como placas transparentes de oro y adornan la parte superior de la torre de la iglesia.
¡Y qué campanario! Lo remata una cruz actual, con bolas debajo. Luego, a medida que la mirada va descendiendo, se percibe un primer tejado, con picos de tres coronas, probablemente de hierro, y una torreta de granito adornada con una balaustrada y una serie de pequeños obeliscos; después una corona de picos de hierro, a continuación ocho ventanales para dejar salir el sonido de sus famosas campanas, y una guirnalda de cabezas de hombres, en mármol blanco, incrustadas en la piedra, bajo una cornisa. Por último, en la parte inferior de la torre, otras incrustaciones de color blanco o negro, y algunas hermosas estatuas de mármol blanco. Este es el campanario de la catedral de Toledo.
Sin querer establecer comparación alguna con los más bellos campanarios de Francia, es necesario reconocer que ésta es una obra deliciosa.

Augustin Challamel.  Un verano en España.  (1843)





 













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