Hermosa dama

¡Cómo reluce, allá abajo
en la Vega, alegre y clara,
el aguamanil del Tajo
donde te lavas la cara!
Toledo: Hermosa dama
con guardainfante
¡Qué bien te va la llama
de un sol radiante!
Y al matorral bermejo
de tu melena
¡qué bien le va un reflejo
de luna llena!
Erguida en un parapeto
-campo limpio y cielo raso-
Toledo es un gran soneto
de Garcilaso.

Luis Fernández Ardavín. Madrigales a Toledo (1955)







 

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